Esta casa enfrenta un gran parque en el balneario de Marbella, en la zona central de Chile. El balneario es un barrio-jardín con estrictas condiciones normativas respecto a la volumetría y aspecto de la edificación, el cerramiento de predios y la mantención del paisajismo. El clima es seco y soleado en verano, frío y lluvioso en invierno. La casa está orientada hacia el poniente.

Se evoca la villa clásica en el sentido de un pabellón en situación de dominio del paisaje. La composición simétrica, con énfasis en el contrapunto de vanos y llenos, se subraya con el uso de materiales económicos, contemporáneos, y austeridad de ornamento. El juego de vanos y llenos permite un necesario grado de control frente al sol, los elementos y las vistas. En el piso superior se ubican las dependencias de visitas.

La transparencia del vano central y la evidencia de espacios intermedios establece la relación entre el entorno, el terreno y la casa. El cuerpo principal duplica su volumen al abrigo de una gran pérgola de doble altura que sirve de extensión visual y funcional, además de establecer un doble circuito de circulación —interior y exterior, invierno y verano—y proteger del sol del poniente. Todos los paramentos vidriados desaparecen completamente en los muros para hacer de recintos y terrazas un gran espacio al aire libre bajo el parrón.

Se utilizan materiales y sistemas constructivos sencillos: estructura de hormigón armado y albañilería reforzada, pavimentos de pizarra negra, estuco, carpinterías metálicas de acero y aluminio, cubierta de zinc-aluminio.